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DISCURSO SOBRE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA CON MOTIVO DEL 25 ANIVERSARIO DE LA CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Lunes, 17 de Noviembre de 2014

Lectura realizada por Candela Blanco, alumna del Colegio San José de Santander.

Señor presidente, señoras y señores diputados, buenas tardes.

            Me llamo Candela Blanco Fernández, tengo once años y vivo en Santander. Tengo una familia que me quiere y voy al colegio San José.  Durante la semana voy a clase, hago deporte y los deberes y luego juego en casa o con mis amigos en el parque. Los fines de semana estoy con mis padres y me gusta hacer cosas divertidas con ellos.

            Soy una niña que tengo todos estos derechos, los que me corresponden, y soy muy feliz por ello. Sin embargo, sé que hay niños y niñas que no pueden disfrutar de todo lo que yo tengo, por eso estoy aquí, para hablar en nombre de todos los niños de mi clase, de mi colegio, de mi ciudad y de mi región  y recordar que hay otros que lo tienen más difícil.

            Hace 25 años, personas importantes como vosotros, de muchos países, decidieron convertir en ley todos esos derechos que he mencionado y muchos más porque todos estaban de acuerdo con que a los niños del mundo entero hay que protegerlos y enseñarles a ser responsables para que en un futuro, cuando sean mayores, puedan hacer lo mismo por otros niños. Así el mundo será más justo, más solidario y sostenible y todos seremos más felices.

            Como os decía, hace 25 años, la Asamblea General de la ONU firmó la Convención de los Derechos del Niño, el 20 de noviembre de 1989, un texto que se convirtió en Ley en 1990. Esta convención es el tratado internacional más ratificado de la historia. ¿Sabéis que significa eso? A mí me lo ha explicado mi profesor: que todos esos países tienen la obligación de hacer cumplir los derechos de los niños y si no lo hacen tienen que rendir cuentas al Comité de los Derechos del Niño, que lo forman personas todavía más importantes que velan por los derechos y el bienestar de todos los niños, y se encargarán de corregir lo que no se ha hecho bien.

            Como ya hace 25 años que se aprobó la Convención de los Derechos del Niño, a lo mejor alguno no se acuerda. Por eso os voy a hacer un resumen:

-Los niños somos niños hasta los 18 años.

-Todos tenemos que tener estos derechos, sin excepción alguna.

-Los niños tenemos derecho a un nombre y a una nacionalidad, como yo, que me llamo Candela y soy española.

-Es nuestro derecho vivir con nuestro padre y nuestra madre y, si no puede ser, vivir con quien mejor estemos y pasar tiempo con los dos.

-Los niños que no pueden vivir con su familia, tienen que estar con otra que les cuide, les quiera y les eduque y se hagan responsables de su crianza.

-Tenemos derecho a expresar nuestra opinión y a que se tenga en cuenta, como estoy haciendo yo en este momento.

-Podemos pensar lo que queramos, porque tenemos libertad de pensamiento, conciencia y de religión, siempre que no vaya en contra de los derechos de otros.

-Los medios de comunicación tienen que difundir información que no nos perjudique y que nos respete.

-Los estados tienen que proteger a los niños para que no sufran malos tratos ni abusos y si algún niño es víctima, son responsables de evitarlo y de procurar su recuperación.

-Hay niños que tienen alguna discapacidad física, mental o sensorial, por eso tienen derecho a recibir cuidados y educación especial y adecuada para ellos.

-Tenemos derecho a estar sanos y para ello nos tenéis que ofrecer servicios médicos adecuados a nuestra edad.

-También queremos estudiar y aprender, por eso tenemos derecho a la educación.

-Y también a jugar y divertirnos, porque la Convención estuvo en todo y dijo que eso también es nuestro derecho.

            Leer estos derechos me emociona, pero saber que, a pesar de que 193 países  se pusieran de acuerdo para ratificarlos y de que haya un comité muy importante que vigile por el cumplimiento, me entristecen cosas que aún pasan en el mundo.

            Hay muchos niños pobres y la pobreza hace que no tengan estos derechos que he leído. No pueden ir al colegio, ni al médico, algunos viven en guerras, sufren epidemias  y muchos no pueden ver a sus padres. Antes pensaba que la pobreza sólo estaba en otros países, pero ahora sé que en España también, que hay familias que no pueden comprar comida ni material escolar para sus hijos. ¿Sabéis que en España la pobreza infantil ha crecido en dos años un 10%? Yo lo sé porque lo he oído, porque veo en la tele y en mi barrio a familias que lo están pasando mal y como me pone triste, me intereso por todo lo que está sucediendo.

            Por eso, estoy aquí y otros niños de otras ciudades están también en sus parlamentos regionales diciendo lo mismo que yo. Que los niños sabemos que tenemos derechos y queremos que sigáis trabajando para garantizárnoslos  y que no os olvidéis de nosotros, sobre todo de los que lo están pasando muy mal, que hagáis leyes que permitan que todos los niños tengan alimentos, casa, familia, educación y salud.

            Cuando sea mayor recordaré este momento y será un orgullo para mí  y para otros como yo continuar con vuestra labor, la de los adultos y los políticos que os preocupáis por los niños y hacéis todo lo posible para que crezcamos felices y tengamos oportunidades para ser todo lo que queramos.

Muchas gracias a todos vosotros y a Aldeas Infantiles SOS por permitirme estar hoy aquí.